viernes, 21 de julio de 2017

Acerca de “Donnie Brasco”



Cuando pienso en Al Pacino pienso en Tony Montana (“Caracortada”), en Michael Corleone (“El Padrino”), en el teniente Hanna (“Heat”). O sea, en personajes con poder, personajes al mando, temidos y respetados. Y es lo que me esperaba encontrar en “Donnie Brasco” pero no fue así. Me encontré con un personaje que, aunque de temer por ser de la mafia, no es más que un subordinado de bajo nivel. Al comienzo fue casi una desilusión pero eventualmente se convirtió en una sorpresa grata porque descubrí algo nuevo en el rango actoral de Al Pacino y que me confirmó lo completo que es como actor. Lefty, su personaje, bien puede ser un peligro para la sociedad pero sabe que lejos de los mandos de la banda a la que pertenece es prescindible, y que el despido en su caso es igual a la muerte; algo que puede pasarle en cualquier momento por lo impredecible que puede ser la mafia. Así que por supuesto vive con temor, el cual se mezcla con la frustración de que su experiencia adicional, es por mucho el de mayor edad entre sus colegas del mismo rango, es continuamente ignorada por sus superiores. Aún así es leal, sigue y cumple las reglas, es como funcionan las cosas y él se resigna a ello. Tal vez lo aceptaría con estoicismo de ser un tipo solitario pero ese no es su caso, porque Lefty es un amado hombre de familia que se preocupa y está al tanto por ella. De esta forma es el personaje más débil o carente de poder que le recuerde a Al Pacino, y esta debilidad o estado de inferioridad de parte de Lefty puede llegar a ser tan palpable que por momentos siento verdadera pena por él.
Y es justamente Donnie Brasco, interpretado por Johnny Deep, su punto de apoyo moral dentro de este submundo, con quien Lefty desahoga todos sus pensamientos y anhelos. Y esto es mérito de Donnie Brasco: el novato (agente encubierto) de la banda que es acogido por Lefty como su protegido. Por esta razón es la única persona sobre la que tiene algo de mando pero esto es sólo al comienzo, porque así como con el tiempo Donnie se va ganando la confianza de Lefty, Lefty a su vez se va ganando el respeto y afecto de Donnie quien no es de hielo tampoco: sufre a su modo por la naturaleza misma de su trabajo que afecta principalmente a su familia a la que forzosamente tiene medio abandonada y desinformada. Mientras las brechas emocionales y de jerarquía entre mentor y protegido van desapareciendo al punto que los superiores del FBI de Donnie, inicialmente más que contentos por toda la información recabada, empiezan a preocuparse por él y por su compromiso con la ley. Es en medio de todas estas dificultades y circunstancias por ambos lados que Lefty y Donnie llegan a sentir que solo entre ellos pueden cuidarse las espaldas, estableciéndose un fuerte lazo de preocupación del uno por el otro.
Eso que le dicen química entre actores existe y de sobra entre Johnny Deep y Al Pacino y gracias a ello la relación entre Donnie Brasco y Lefty se siente real. Esta relación es para mí lo mejor de la película, lo que es mucho decir porque el resto es simplemente cautivante: una historia policial (basada en hechos reales) llena de intrigas, la tensión de que en cualquier momento se descubra la verdadera identidad de Donnie, la violencia de la que es capaz una organización como la mafia… Uno podría dar por asegurado todo esto con sólo leer previamente una sinopsis, pero cuántas veces potenciales como este han sido desperdiciados por falta de talento de los realizadores. Afortunadamente en este caso no hay desperdicio: una buena mano en la dirección y en el guión hacen realidad que “Donnie Brasco” sea imprescindible para cualquiera aficionado al cine.

*** 

domingo, 2 de julio de 2017

Acerca de “Grim Fandango”, más o menos



Alguien me había pedido unos huevos de paloma los cuales encontré en un nido en una azotea. El problema era que unas palomas custodiaban ese nido y me atacaban apenas me acercaba. ¿Cómo evitarlas? Investigando en los alrededores encontré un espacio que resultó ser un buen recipiente para alimento para aves. No tenía en mi inventario nada parecido a comida de ningún tipo así que… Luego de una búsqueda no muy exhaustiva en otros ambientes encontré pan. ¿Es algo que podrían comer palomas, no? Regresé a la azotea y con el pan en la mano interactué con el recipiente. Primer evento desencadenado: el pan automáticamente se convertía en migajas; una buena señal porque obviamente las palomas no se iban a comer un pan entero. Segundo evento desencadenado: las palomas vuelan hacia el recipiente y empiezan a comer; ahora nada protege al nido. ¡Victoria! Me emocioné sintiéndome medianamente inteligente porque tampoco era un problema, o “puzzle” como voy a llamar a este tipo de situaciones de ahora en adelante, cuya solución fuese muy difícil de plantear una vez descubierto el recipiente para comida. Entonces me acerco al nido y… las malditas palomas me ven, me atacan y regresan a su posición de defensa.
¿Pero qué carajos...? Pero sí he hecho lo que se SUPONE debía hacer, lo evidentemente LÓGICO.
De la alegría pasé a la incredulidad y, tras otros intentos fallidos, a la desesperación. Es en este punto que abandono cualquier tipo de razonamiento y empiezo con los descartes, probando con todos y cada uno de los elementos de mi inventario en ese recipiente, uno a la vez o haciendo combinaciones. En una de esas coloco, sin esperanzas, el pan y un globo inflado. Las palomas picotean las migajas de pan y de casualidad también al globo. El globo revienta, las palomas se asustan, vuelan y abandonan la azotea dejando a mi disposición, ahora sí de verdad, el nido. Puzzle resuelto.
¿Pero qué carajos...? ¿Cómo me iba a imaginar que aparte del pan iba a necesitar un GLOBO INFLADO?
Sí, resolví el puzzle, pero por la forma de hacerlo no me sentí para nada satisfecho. Y el juego apenas estaba en sus primeras horas; la “creatividad” de los puzzles iría en aumento. A duras penas pude con los siguientes, en su mayoría aplicando el método del descarte también. En un momento, en el que estaba atascado por buen rato, ya no me quedó otra más que buscar ayuda en Internet y al encontrarla confirmé que era una solución a la que nunca iba a llegar por mi cuenta.
Hasta que llegó un punto, a la mitad de la  historia, en que se me acabó la pacienciencia y abandoné el juego definitivamente. Lo cual fue una verdadera pena porque, más allá de los puzzles, me estaba gustando mucho “Grim Fandango”, por su mundo paralelo al de los seres vivos en donde los habitantes son principalmente esqueletos vivientes; sus personajes, en especial el protagonista, Manny Calavera y su acento mexicano; su historia noir que como tal se desencadena con la visita de una atractiva dama (o su equivalente en este mundo de cadáveres) a la oficina del protagonista; la música y ambientación de unos pseudo años 30; y, como la cereza de todo este pastel, su humor negro manifestado especialmente en los diálogos. Todo esto, que aunque en mi caso sólo abarque la mitad de la experiencia completa, me ha sido suficiente para percibir eso que hace tan especial a este videojuego y por lo que está considerado uno de los mejores de la historia; incluso algunos críticos lo consideran el mejor de su año de publicación, 1998, por encima de “titanes” del mismo año como “The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time”, “Metal Gear Solid” o el primer “Half Life”. Sabiendo de su palmarés es que finalmente me decidí a jugar este 2017 su versión remasterizada.
Pareciera que critico al juego por su dificultad. No es así. Yo asumo mi responsabilidad por no haber podido terminarlo. Es más, por un tiempo me sentí mal conmigo mismo por no tener la suficiente “inteligencia” o “imaginación” para resolver sus puzzles, y la excusa del novato que hace algo por primera vez (porque fue la primera “aventura gráfica” que jugué en mi vida) no me ayudaba porque me sentía menos que un novato por haberme rendido. Me imaginaba a algún veterano en este género burlándose de mí, diciéndome que “Grim Fandango” no tenía nada de difícil.
Pero fue justamente un veterano, o mejo dicho, una veterana la que me liberó de esas emociones negativas, la youtuber PushingUpRoses, o Pur abreviando, quien se especializa en aventuras gráficas. Y esa liberación fue gracias específicamente a videos.
Uno era un ranking de los puzzles más difíciles. Claro, con ello me refiero aquellos cuyas soluciones son casi inimaginables; aquellos que, lo dice ella en el video, obedecen una “lógica lunática” o “moon logic” en inglés. Y la verdad que sí es una cosa de locos, por ejemplo, ¿cómo se iba a imaginar alguien que para pasar por un camino bloqueado por una serpiente había que hacer sonar una pandereta cerca de ella? No sabía que las serpientes le tengan fobia a las panderetas (¿será porque en realidad no es así?).
Pero estos puzzles ¿son la excepción o son la norma? En el otro video aprendí que eran la norma en las aventuras gráficas clásicas, y Pur se pregunta justamente si acaso este tipo de puzzles sea el responsable de que el público haya perdido el interés en estos juegos y que ya no se produzcan tantos como antes. No se queja del nivel de dificultad porque como veterana en el género está más que acostumbrada pero comprende el porqué muchos puedan sentir rechazo, lo que perjudica a un género que de por sí por su falta de acción más directa, como en un FPS o un Platformer, nunca ha sido masivamente popular.
En los comentarios de los videos muchos jugadores experimentados compartían sus frustraciones con distintos puzzles y juegos lo que me ayudó más a no sentirme como una rareza. Mientras otros muchos jugadores recién iniciados en este género y con ganas de adentrarse más en él, como yo, preguntaban cuál podría ser una alternativa más “amigable” para ellos, a lo que la mayoría de experimentados respondía “Day Of The Tentacle”. Bueno, afortunadamente ese juego también lo tengo. Espero pronto poder escribir “Acerca de ‘Day Of The Tentacle’” luego de haberlo terminado y no de dejarlo a la mitad.


***