lunes, 3 de abril de 2017

Acerca de “Office Space”



Office Space no es de esas comedias que te provocan carcajadas pero no por ello es menos cómica. Su humor no está dirigido a quienes les gustan los pastelazos en la cara (no los hay) sino, y es algo que se puede deducir por su título, a quienes saben lo que es la vida en una oficina y se puedan identificar con varias de sus situaciones, normalmente tediosas pero representadas con gracia en la película. Y esto tal vez sea su mayor punto débil, porque no sé cómo la podría tomar alguien que nunca ha trabajado en un escritorio de lunes a viernes desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde rodeado de personas en la misma situación. Yo sé lo que es y por eso de inmediato pude solidarizarme y a la vez hacerme “cómplice” del empleado incómodo en la celebración de cumpleaños de algún compañero; del empleado cuyo jefe le pide el viernes a la hora de la salida que venga a trabajar el sábado; del empleado que finge estar haciendo algo productivo en su computadora cuando en verdad sólo está atento a la hora esperando a que pase el tiempo; del empleo que quiere renunciar pero no se atreve.

Pero la película va más allá de las oficinas de la compañía de desarrollo de software Initech, porque sino sería un episodio de casi dos horas de la serie “The Office”, lo cual es algo que uno podría esperar sabiendo que el director y guionista de la película y creador la serie (versión americana) es la misma persona, Mike Judge. Encontraremos el mismo humor “seco” (nada de “pastelazos” como dije al inicio) pero no el estilo “mockumentary” (falso documental) de la serie de televisión.
Es en una noche fuera de las oficinas de Initech que el protagonista, Peter Gibbons, asiste a una sesión de terapia grupal de motivación laboral. En un momento dado el terapeuta quiere que Peter, mediante una hipnosis, experimente por unos minutos lo que es vivir una vida sin los miedos que le impiden ser feliz, pero cuando quiere despertarlo del trance el terapeuta muere de un repentino paro cardíaco. Todos los asistentes se alarman salvo Peter. Él ya es otro con sus temores en modo “off” y ya no tiene tiempo para preocuparse sino para hacer lo que le venga en gana, y esto cambiará tanto su vida como la de quienes lo rodean.
En este contexto de cubículos, engrapadoras y fotocopiadoras que no dejan de atascarse, el antagonista no podía ser otro que el jefe de Initech, Bill Lumberg, quien de “villano” no tiene nada salvo el seguir la reglas del “sistema”: Nunca aparece enojado o dando órdenes a gritos, simplemente es quien está al mando y todos saben que tienen que obedecerlo, a menos que se sea un “antisistema” como lo es Peter Gibbons. Uno podría pensar que sin exabruptos ni con una personalidad explosiva, Bill Lumberg sería un personaje aburrido, pero hay algo en su forma de ser, en su manera de imponerse sobre sus empleados que lo hace el personaje más memorable de todos.
Aunque algunos podrían decir que el personaje más memorable es Milton por ser tan extraño y misterioso como entrañable: Nunca se explica su razón de ser en Initech… Bueno, definitivamente se merece al menos una mención honrosa por ser la pieza fundamental para darle en el final el broche de oro a esta muy buena película.
Ahora entiendo esta referencia en Family Guy:



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