domingo, 4 de febrero de 2018

Acerca de "Life Is Strange"



Poco tengo de qué quejarme de “Life Is Strange” (“LIS” de ahora en adelante). Dos cosas principalmente.
Primero es una secuencia a modo de alucinación cerca al final que repasa los eventos más importantes de la historia. Sirve bien como resumen y como medio de reflexión para el player acerca del impacto de sus decisiones (a través de Max, la protagonista del juego) en los otros personajes, pero es algo extenso y es tan poco lo que se puede hacer a nivel de jugabilidad que a uno lo pone impaciente. Si hubiera durado la mitad de lo que dura habría sido perfecto.
Segundo son las momentos en que el juego trata de arrancarte alguna lágrima a la “fuerza”, y con a la “fuerza” me refiero a situaciones en las que es obvio el intento de manipular las emociones del player mediante la combinación de circunstancias tristes con música melancólica y diálogos escritos a la par (e interpretados estos con un tono un poco melodramático).
Pero es a partir de esta segunda queja que empiezan los elogios y es que afortunadamente aquellos momentos son pocos; la mayor parte del tiempo el drama de la historia es bien manejado. Y esto fue un gran alivio para mí porque lo único que sabía de “LIS” antes de empezar a jugarlo era su fama de “lacrimógeno”.
Ahora puedo decir que eso es una exageración, aunque al comienzo tuve mis dudas: parecía que la historia sería la de unos jóvenes recién salidos de la adolescencia que van a la misma escuela y que viven desesperados (hasta la angustia, depresión y autodestrucción) por encontrar su lugar en el mundo; cuando en realidad la historia es, pues, todo lo anterior... pero más, y eso es importante porque ese más son, otra vez, dos cosas. Primero, algo que se establece con la sospecha de una posible relación entre la antigua desaparición de una estudiante de esa escuela con el reciente (¿intento de?) suicidio de otra, es un competente thriller con sus misterios, búsqueda de pistas, crímenes y hasta un asesino en serie. Y segundo es ciencia ficción porque Max, la protagonista, puede (con límites) retroceder el tiempo o viajar a puntos específicos del pasado, y con este poder, y con toda la buena intención del mundo, tratará de hacer lo correcto, solo que el concepto de “correcto” se irá distorsionando cuando la teoría del caos y el efecto mariposa (no trato de sonar inteligente: ambos conceptos se mencionan explícitamente durante el juego) empiezan a afectar a sus seres queridos (principalmente a su mejor amiga y segundo personaje más importante, Zoe) y a la larga, a la ciudad entera.
Y claro, si la protagonista puede manipular el tiempo, eso quiere decir que es el player quien realmente lo controla y esta es la piedra angular del gameplay y lo que hace diferente a esta aventura gráfica de otras. Como tal, por supuesto, hay mucho diálogo y muchas opciones de cómo continuar con una conversación. Afortunadamente no hay temporizadores que te apuren a tomar una de esas decisiones, pero lo que sí hay es que, una vez decidido algo, el player tiene la oportunidad de arrepentirse, retroceder en el tiempo y escoger otra opción. Pareciera que se le diera demasiada ventaja pero es que el 90% de las veces no existe una respuesta correcta o incorrecta: la historia simplemente se va adaptando a las decisiones que se van tomando. Tampoco hay riesgo de muerte súbitas productos de “quick time events” porque estos, tan típicos en estas aventuras, no están presentes en “LIS”. Ni siquiera hay un “game over” tradicional. Lo más parecido son situaciones en las que el player no puede seguir avanzando con la historia porque interacciones previas de la protagonista con lo que tiene alrededor, personas u objetos, no se han hecho en el orden correcto; en ese caso no queda más que retroceder en el tiempo, estar atento a lo que está sucediendo, y volver a tratar. Esta mecánica cae a pelo especialmente en los momentos en los que Max y Zoe realizan labores detectivescas de busqueda de información y de deducción, algo fundamental para ir resolviendo los distintos enigmas del lado thriller de la historia.
Hacer comparaciones es siempre odioso pero siento que debo decir que si “Game Of Thrones” de Telltale Games (un juego del mismo género) me gustó mucho, pues “LIS”, con su mejor balance entre narrativa y gameplay, me gustó mucho más. Dicho esto, ya muero de ganas por jugar su secuela que desde hace no mucho ya está disponible: “Before The Storm”.

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